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jueves, 17 de enero de 2013

ECLIPSE DE LUNA (Joseph)


La vi pasear por el bosque, observaba todo a su alrededor, miraba los niños correr por la calle, pero no se acercaba a ellos, era preciosa, alta, tenia pelo negro largo rizado cayendo como una cascada por su espalda. Era hora de atacar, entonces antes de poder tan siquiera moverme estaba encima de mi inmovilizandome, tenia los ojos grandes de un verde turquesa que penetraba en mi interior, tenia que ser ella, sus labios rosados pedían a gritos ser besados, pero no debia moverme, si hacia algo que no debía, todo podría terminar en un terrible desastre.

-Suéltame monstruo- Le espete sin pensar antes de hablar, aun que en realidad para mi no era un monstruo si no algo mucho mas interesante y atractivo.
-¿De verdad te parezco un monstruo?- Contesto visiblemente afectada
-Eres una de esas criaturas que matan solo por diversión.- Conteste.
Pero seré imbécil si ya se que es ella ¿por que la trato así?, me regañe para mi mismo, te comportas así porque te gusta, me espeto mi subconsciente dejándome sin argumentos.
-¿Me has visto matar a alguien?¿Te he hecho yo algún daño a ti?- Siguió diciéndome mostrando mas su dolor.
-No-No tenia argumentos. Sus ojos me transportaban a otros lugares.
-En algún caso eres tu el que me ha atacado y yo lo único que he hecho ha sido desarmarte e inmovilizarte.
-Si pero tu...- Me quede pensando que debía seguir a esas tres palabras
-No te confundas, no soy ningún ángel pero tampoco soy un demonio, tan solo soy Samantha, soy inmortal es verdad, pero sobrevivo sin matar a nadie.
-Lo, lo... siento- Dije y note que aflojaba la sujeción sobre mi.-Soy Joseph, siento haberte atacado.
-Encantada, ¿me puedes explicar por que hueles diferente a otros humanos? Tu olor es … ¡¡¡No eres del todo humano!!! ¿que eres?

Mierda me había descubierto, y aun no podía mostrarle la realidad hasta que estuviese preparada.

En ese momento paso algo que no esperaba y por la reacción de Samantha ella tampoco lo esperaba. Acababa de llegar Dimitri uno de los Vampiros mas sádicos de la historia, el tenia mucho que ver con la vida de Samantha aunque según tenia entendido ella no lo sabia, tuvieron un enfrentamiento verbal que me tenia a mi como tema principal. Ella se giro con los ojos anegados de lagrimas sin derramar.

Lo siento me dijo moviendo los labios y entonces supe lo que iba a suceder, asentí dándole a entender así que no huiría que permitía que me mordiese. Mientras me mordía, tuve que cerrar los ojos para no caer, me deje llevar por su deseo y su sed de mi, entonces empece a recibir imágenes, de bosques, cascadas y otros paisajes, y termine por relajarme del todo. Ese era su don hacer que las personas que temen, o sufren se sientan mejor, esa era su labor en esta vida antes de terminar convertida en vampiro.

Samantha no sabia su historia, y yo no era el indicado para contársela en ese momento. Entonces haciendo acopio de voluntad se separo de mi y me tendió en el frió suelo para que no cayera, mi cuerpo estaba frió necesitaba sus labios sobre mi, aunque muriera en ese momento. La luna estaba roja por el derramamiento de mi sangre y es que había algo que Samantha no sabia. Estábamos predestinados a estar juntos. Dimitri había desaparecido pero mi tranquilidad terminaría muy pronto. Al levantarme desplegué mis alas, era hora de enseñarle una cosa. Le tendí la mano para que me acompañase.

-Siento haberte hecho esto.-Dijo con la mirada perdida en el horizonte
-No lo sientes.- dije mientras recordaba la dulce sensación de sus labios en mi piel.
-¿Por que me siento atraída hacia ti?-Dijo fijando los ojos en mi.
-Porque no eres tan diferente a mi.
-No lo entiendo, ¿me lo puedes explicar?
-No. Lo descubrirás a su debido tiempo.
¿Por que sera tan preguntona?” pensé
-¡Ja! ¿ A su debido tiempo?¿ Pero tu sabes la edad que tengo?- Dijo arqueando una ceja, cosa que me parecía encantadora.
-Si 246 años y dentro de justamente 26 días cumplirás 247.-Era hora que supiera que se quien es.
-¿Por que me atacaste?
-Debía saber si de verdad eras quien yo buscaba, solo tu eres capaz de derrotarme.
-¿Por que esta la luna roja?

Levante el vuelo, arrastrándola junto a mi, y le conté la leyenda.

Cuenta una antigua leyenda que cuando los ángeles lloran, cae una estrella del cielo, dejando así huérfano el cielo.
Cuando nace el fruto del amor entre ángeles, nace una constelación.
Cuando el fruto del amor es entre ángeles y humanos nacen los elegidos, aquellos que se levantaran en el momento preciso para continuar manteniendo la balanza.”


-El problema es que el mal esta intentando que los elegidos se unan a su bando y así podría hacer que la balanza se inclinara a su favor, hundiendo así el mundo en una oscuridad absoluta llena de odio y destrucción.-Le seguí explicando

-¿Y eso como lo van a hacer? ¿No dice que solo estamos para mantener la balanza?

-Lo que hacen es engendrar ellos mismos a humanas y luego utilizar a sus hijos, pero ello conlleva una espera muy larga así que han decidido usar otras técnicas. Tu eras una de sus elegidas, algo que yo no puedo permitir.-Era muy difícil decirle las cosas sin contarle aun nada.

-¿Por que?

-No, puedo contártelo aun, pero debes confiar en mi.- Solo hacia que preguntar deseaba decirle todo y que ella decidiera pero aun no podía y eso me desesperaba.

-Me dices que confié en ti, pero no me cuentas nada. ¿Por que debería hacerlo?

-Por que yo confié en ti y deje que bebieras de mi.-Dije de forma tajante.

-¿Por que la luna es roja?- Repitió de nuevo con un soplido de frustración

-La luna es roja por nosotros y nuestros corazones.

-¿Como?

-Cuando un elegido derrama sangre a manos de su alma gemela la luna cambia de color y si la vida del elegido se agota, la luna desaparece del firmamento dejando el cielo teñido de una total oscuridad.

Justo en ese momento comencé a descender.

-¡NO, No, no! ¿Que hacemos aquí?
-¿Lo reconoces?
-Por supuesto es donde vivía antes de que me convirtieran.
-¿Quien te convirtió? ¿Que sucedió?
-No recuerdo nada de entonces. Escuche un ruido y luego desperté días mas tarde, mis padres habían muerto desangrados, yo estaba encerrada en el sótano junto a ellos, en la puerta había una nota que decía:

Bienvenida al mundo de las tinieblas no salgas en las horas del día o morirás quemada.

Tu padre creador”

-Pensé que yo los había matado en algún momento de locura que no recordaba.

-Maldito cabrón. Samantha, tu no mataste a tus padres fue tu creador, quería que te volvieras como el, tu eres medio ángel, tu madre era humana pero tu padre era uno de los vigilantes que se convirtió en ángel caído por haberse enamorado de una humana. Por eso mismo tu tienes un don y por eso mismo Dimitri mato a tus padres y te convirtió en Vampiro para que formaras parte del mal.

Me vi transportado a los pensamientos de Samantha. Estaba llorando abrazada a sus padres, levanto la cabeza hacia el techo y soltó un grito tan lleno de dolor que rompió los cristales de la casa, la vi huir en cuanto anocheció. Mas tarde me vi observándola pasear por París, vi como llegaba Dimitri con cara de no haber roto un plato en su vida. Engaño fácilmente a la inocente Samantha, la enseño a cazar, alimentarse, pero por suerte también a luchar lo que mas tarde le ayudaría. Vi cuando se conocieron ella y Clarissa, la magnifica bruja que consigo ayudarla a superar su sed. Era hora de cortar con esos pensamientos que solo la hacían sufrir.

-¿Que piensas?-Le dije suavemente
-En todo lo que ha pasado desde entonces.
-Tranquila no tienes que contarme nada lo se casi todo de ti, conozco a Clarissa.
-¿Como que la conoces? Desapareció hace 100 años.
-¿Segura?-Necesitaba saber que mas sabia ella.
-Claro que estoy segura yo estaba allí.

Esta vez ella me dio la mano y me transporto voluntariamente a sus recuerdos. Vi la isla La Digue, como se bañaban ella y Clarissa, la lucha con Dimitri, vi como dejo a Samantha medio muerta por la perdida se sangre sobre el suelo de la playa y como se llevaban a Clarissa. Lo que había pasado después con Clarissa lo sabia muy bien.

Vi como Samantha nos devolvía al presente, cayendo de rodillas mientras manchaba su ropa de lagrimas, me arrodille a su lado, no la podía ver así, me rompía el alma, la abrace y acunándola en mis brazos intente que respirara para poder explicarle mas cosas.


-Samantha respira por favor, debes escucharme, tan solo respira y presta atención. Clarissa esta viva, no es la misma pero fue rescatada antes de morir, esta en nuestra base bajo vigilancia. Dimitri no puede saber que ella vive, ya que es una gran arma.-Le dije
-¿Una gran arma?
-Si, para los vigilantes y para nosotros.
-¿Los vigilantes?
-Los vigilantes son ángeles que están el la tierra para velar los sueños de los mortales y su vida son como los mortales les llaman los ángeles de la guarda, tu padre era uno de los mejores hasta que se enamoro de tu madre. Al hacerlo lo desterraron y se convirtió en un ángel caído.
-¿Tu padre también es un ángel caído?
-No. Es mi madre. Ahora los ángeles caídos y sus hijos como nosotros nos estamos reuniendo para impedir que el mal se haga mas fuerte.

Me miro fijamente y ya no pude evitarlo mas, la cogí de la cara y acercándola a mi, la bese primero despacio con temor a que me rechazase pero luego la pasión se apodero de nosotros. Nos separamos el uno del otro sin casi respiración. La volví a mirar y en ese momento un ruido sordo sonó en el interior de la casa.

-¿Que a sido eso?
-No lo se, vamos a verlo. Mi casa debería estar deshabitada.
-Ponte detrás de mi.
-Jajaja ¿que me quede detrás de ti? Joseph soy una vampira.

Nos acercamos juntos a la puerta y entonces se abrió

En el umbral de la puerta había un hombre de unos 57 años, robusto, pelo negro, largo y liso recogido en una coleta y ojos tan azules como el mar.

-¿Gabriel?-solo se le reconocía por los ojos
-Hola Joseph.
-¿Que haces aquí, que te ha pasado? has envejecido

Dije entrando en la casa. Entonces cerro la puerta con llave y fue cuando la vi. Eva llevaba arco cargado y el carcaj a la espalda, venia a matarlos sus flechas eran de oro, plata y madera así podría matarnos a los 3, Eva era una vigilante, o eso creíamos ademas era la pareja de Gabriel, pero en este momento descubríamos que también era una cazadora de impuros o así era como querían que les llamasen era un ángel cazador, que pertenecía a la secta de los puros. Esa secta pensaban que los elegidos nos volveríamos en contra del cielo traicionando así a nuestro dios debido a la impureza de nuestra sangre era mas fácil tentarnos y transformarnos.
Tanto a los elegidos como a los vigilantes, la plata nos quitaba la inmortalidad, la madera nos hacia envejecer y el oro nos mataba, por lo que podía ver en los ojos de Gabriel, tan solo era una marioneta de Eva, al cual ya le había arrebatado su juventud y también su inmortalidad, entonces todo sucedió muy rápido, vi que apuntaba a Samantha con su arco y al mismo tiempo que vi que soltaba la cuerda de este, me cubrí a Samantha haciéndola caer al suelo.

Abrí los ojos pesadamente, y lo vi todo Gabriel se había puesto en el camino de la flecha, Eva no había tirado una sola si no tres a la vez, ¿pero donde estaba? Sabia que nosotros estábamos vivos. Cuando intente levantarme alguien quito el cuerpo de Gabriel de encima de mi, llevaba una capa larga y negra, la capucha tapaba el rostro de nuestro salvador, o mas bien debería decir salvadora puesto que cuando se agacho la vi perfectamente.

-Clarissa, ¿que haces aquí? No deberías salir, es peligroso.
-Debía protegeros.

En ese momento Samantha se había abalanzado contra ella y la apretaba entre sus brazos.

-Lo siento mucho, lo siento mucho, menos mal que estas viva, te quiero.-Le decía entre murmullos.
-Tranquila, estoy bien todo ira bien.

Clarissa volvió a mirarme, con sus oscuros ojos.

-No ha muerto solo ha desaparecido volverá en cualquier momento deberíamos irnos.

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